Con consuelos así quién necesita tranquilizantes. Excesivo y zumbón el modo que elige el refranero español para advertir, a quien padece una desgracia, que esta no será taaan duradera. Los realistas lo completan: no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista. Ni cuernos que lo aguanten, agregan los cornudos.
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